El primitivo calendario romano constaba de 10 meses y se iniciaba con el mes de marzo (martius), dedicado a Marte, el dios de la guerra, puesto que en este mes se reanudaban las batallas tras un parón de varios meses durante el invierno. Iba después abril (aprilis), dedicado a Afrodita a través del etrusco Apru. Mayo (maius) debe su nombre a la ninfa Maya, la madre del dios Mercurio. El cuarto mes era junio (iunius), en honor a Juno, la esposa de Júpiter y diosa del matrimonio.
El siguiente mes se llamaba quintilis (quinto), pero cambió su nombre mucho tiempo después por el de iulius (julio), en honor a Julio César, que nació un día 12 de este mes, y el Senado le tributó este inmenso reconocimiento.
A continuación venía sextilis (sexto), pero igualmente fue rebautizado augustus (agosto) en honor al primer emperador romano, Octavio Augusto. Los siguientes meses debían su nombre a su orden numérico: el séptimo mes era september (septiembre), derivado de septem (siete); el octavo era october (octubre), derivado de octo (ocho); november (noviembre), derivado de novem (nueve); y december (diciembre), derivado de decem (diez).
Con posterioridad se añadieron dos nuevos meses: ianuarius (enero), dedicado al dios Jano, antigua deidad de doble rostro, dios del principio y del final, y februarius (febrero), relacionado con los februa o ritos de purificación que se hacían en este mes (la Candelaria que aún pervive). Estos dos meses cerraban el calendario, pero en el año 153 a.C., para hacer frente a la campaña militar de sometimiento del oppidum soriano de Numancia, los dos cónsules (generales en jefe del ejército) tomaron posesión de su cargo el día 1 de enero (y no en el mes de marzo), por lo que a partir de ese año esta fecha quedó fijada como el inicio del año. Por tanto, la resistencia numantina frente al invasor romano cambió el orden de los meses y septiembre, octubre, noviembre y diciembre perdieron su razón de ser numérica, pasando a ser respectivamente los meses noveno, décimo, undécimo y duodécimo.
Febrero tenía 29 días, los meses pares (abril, junio, agosto, octubre y diciembre) tenían 30 días, y los meses impares (enero, marzo, mayo, julio, septiembre y noviembre) tenían 31 días: en total 365 días. Pero este reparto sufrió un cambio debido a que el Senado distinguió al emperador Augusto, para que no fuera inferior a Julio César, sustrayendo un día al mes de febrero y otorgándoselo al mes de agosto, con lo cual ambos generales quedaban equiparados en la duración de los meses que se les dedicaron (31 días ambos). Y a partir de ahí, septiembre tuvo 30 días, octubre 31 días, noviembre 30 días y diciembre 31 días.