Un mecenas es una persona que patrocina las letras o las artes, en alusión al personaje histórico Cayo Mecenas (c. 69-8 a.C.), amigo íntimo del emperador Augusto y protector de las letras y de los literatos.
De él deriva también la palabra mecenazgo o protección dispensada por una persona rica a un escritor o artista. Gran honor ese de dejar una huella indeleble en la historia dándole tu propio nombre a acciones meritoriamente dignas de encomio.
Mecenas fue un caballero romano descendiente de reyes etruscos, que llegó a ser, salvando las distancias, ministro de cultura e influyente consejero de Augusto. A su alrededor y bajo su égida se reunieron escritores como Horacio, Virgilio, Tito Livio y Propercio, que contribuyeron a un momento de esplendor de las letras latinas.
Mecenas se casó con Terencia, hermana del escritor Terencio Varrón (a quien Julio César nombró director de las bibliotecas públicas de Roma). Augusto tuvo amores con Terencia y esto quizá explica el distanciamiento entre los dos viejos amigos, aunque al morir, Mecenas dejó por heredero a Augusto.
Por cierto, la égida es el escudo protector que se hizo Zeus con la piel de la cabra Amaltea que lo amamantó en Creta cuando su madre Rea lo salvó de la voracidad de su padre Crono (o Saturno) que engullía a sus hijos conforme iban naciendo. El nombre romano de la localidad cordobesa de Cabra (Egabrum) y égida proceden del griego αἴξ, αἰγός (aix, aigós = cabra) y de ahí que a los habitantes de Cabra se les llame egabrenses y no con otro gentilicio malsonante.