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La palabra anfitrión hace referencia a la persona que tiene invitados a su mesa o en su casa. Se la debemos a Plauto, comediógrafo latino del siglo III-II a.C., que escribió una obra titulada con el nombre de su protagonista: Amphitruo.

El argumento de la comedia es tal como sigue: Anfitrión, rey de Tirinto, estaba casado con la bella Alcmena, que despertó el amor del mismísimo Zeus.

Aprovechando Zeus la ausencia del monarca que estaba guerreando, el dios adoptó la forma humana de Anfitrión para mantener relaciones carnales con Alcmena, quien lo recibió con los brazos abiertos pensando que se trataba de su verdadero marido. Para su mayor disfrute hizo alargar tres días la jornada. De esta tramposa unión nacería Heracles o Hércules, el más famoso de los héroes griegos.

Anfitrión y Sosia

Para urdir este engaño, acompañaba a Zeus el propio dios Mercurio que había tomado la figura del criado de Anfitrión, un tal Sosia.

Y curiosamente la palabra sosia significa “persona que tiene parecido con otra hasta el punto de ser confundida con ella”.

En resumen, la comedia plautina nos ha brindado dos términos castellanos en el nombre de dos de sus protagonistas: anfitrión en la persona que acoge a otra en su casa (incluso en su lecho, en el caso de Alcmena) y sosia en dos personas prácticamente idénticas y confundibles, un doble que diríamos hoy.

Curiosidades de las palabras: «Anfitrión y Sosia»
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